“¿Deberíamos dejar que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y falsedad? ¿Deberíamos automatizar todos los trabajos, incluidos los de cumplimiento? ¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes, obsoletas y reemplazarnos? ¿Deberíamos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización?”
Estos son los interrogantes que recoge una carta abierta, publicada este
29 de marzo por ‘Future of Life Institute’, una organización enfocada en los
riesgos tecnológicos para la humanidad, en la que se pide a todos los
laboratorios de inteligencia artificial (IA), que suspendan inmediatamente, al
menos por 6 meses, el entrenamiento de sistemas de IA más potentes que
GPT-4. Más de 30.000 personas han
firmado esta carta, incluyendo expertos como: Elon Musk, CEO de SpaceX, Tesla y Twitter; Yoshua Bengio, fundador y director
científico de Mila, profesor de la Universidad de Montreal y pionero de la IA
moderna; Steve Wozniak, cofundador de Apple; Yuval Noah Harari, historiador, escritor
y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén. https://futureoflife.org/open-letter/pause-giant-ai-experiments/
Hemos sido testigos de los avances tecnológicos de los últimos años, los cuales empiezan en la década de 1950, con un artículo de Alan Turing, ‘Maquinaria computacional e inteligencia’, sobre la pregunta ¿Pueden pensar las máquinas? Setenta años después, por cuenta de los últimos desarrollos de la organización OpenAI, podemos acceder a un chat, el GTP-4, capaz de redactar emails, artículos periodísticos y científicos, estructurar planes de negocio, hacer diagnósticos médicos, escribir el guion de una película en segundos y de la manera que uno quiera, como lo haría un niño de 12 años o un profesor de una prestigiosa universidad. Un chat que revisa, analiza y produce el resultado.
Siento un poco de escalofrío ante la paradoja de un mundo lleno de incertidumbre y sufrimiento, que clama por una sociedad más humana en la que seamos capaces de reconocer, valorar y conectarnos con el otro, frente a este avance desenfrenado de la tecnología que, movido por la ambición de riqueza y control, busca permear todos los ámbitos para robarse la poca libertad que nos queda.
Tal vez
parezca exagerado, pero cuando Google, Amazon o Facebook, por mencionar
algunos, saben más de sus gustos, entran en su casa a través de su computadora,
celular o un aplicativo mágico que puede gestionar, automatizar y controlar
todos los dispositivos, le dicen lo que necesita comprar, la música que quiere
escuchar, las vacaciones que más se ajustarían a sus deseos, etc. ¿Qué cree que
están haciendo? Lo peor es que se los damos en bandeja de plata, cuando ponemos
toda nuestra información en un chat, en una tienda virtual, en un navegador
cualquiera.
“No sé si los humanos pueden sobrevivir a la IA … hemos inventado algo que nos quita el poder” dijo Yuval Noah Harari, este 23 de abril, en una entrevista con The Telegraph. Para este hombre la capacidad única de la especie humana es la de estar atados y unidos por narrativas intangibles. Algunas de sus preocupaciones son: las consecuencias de vivir en un mundo donde la mayoría de textos y melodías, series de TV e imágenes sean creadas por una inteligencia no humana; el mal uso que podrían darle a la tecnología los regímenes totalitarios en medio de la guerra; la pérdida de trabajo para muchas personas, y mas grave, la falta de habilidades para desempeñarse frente a nuevas demandas del mercado laboral.
Necesitamos entender que la IA, dice Harari, es la primera tecnología
en la historia que puede tomar decisiones por sí misma y sobre cada uno de
nosotros, es lo que ya está pasando, tan rápido que muchos de nosotros no
alcanzamos a entenderlo.
Los expertos dicen que se necesita regulación por los gobiernos, pero ¿será suficiente? Creo que hoy más que nunca debemos recuperar el sentido de lo humano en la sociedad y esto empieza por cada uno de nosotros. Podemos seguir en esta carrera contra el tiempo donde lo que prima son los resultados y el cumplimiento de metas asociadas con lo económico, lo material y la apariencia, o podemos hacer una pausa para tomar conciencia de quiénes somos y para qué estamos aquí, de las personas que nos rodean y el valor que tienen como seres humanos, del mundo que estamos construyendo con nuestras acciones y también del que estamos dejando para los que vienen detrás de nosotros.
La tecnología es valiosa, nadie lo duda, pero
no es el fin, es un medio que debería estar al servicio de un mundo sostenible
y justo para todos.
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