Una libertad que no nos pueden quitar

 

En la recta final de este complejo proceso electoral, cargado de polarización, propuestas vacías de contenido, verdades a medias y mentiras descaradas, me pregunto: ¿Cuál es el motor para ir a votar por el próximo presidente de Colombia? Podría ser uno o varios de estos: Miedo a que el partido contrario a los propios intereses sea elegido; necesidad de sentirse parte de algún grupo; cansancio y desesperanza por promesas incumplidas durante muchos años; pensar que ya todo está definido y mi voto no cuenta.  Quisiera quedarme con la esperanza que todos vamos a tomar el camino más coherente, de acuerdo con nuestros principios y valores, para ir a las urnas y votar por quien realmente representa la mejor opción para una Colombia que respete la dignidad de cada ser humano y apueste por una mejor calidad de vida para todos.

Me río de mi ingenuidad, porque tal vez la historia reciente y el contexto de los últimos meses y años parece reflejar una sociedad llena de miedo por los riesgos que enfrentamos frente a cualquiera de las opciones; unos le temen a la derecha, otros a la izquierda, y otros están felices porque la opción del centro parece desvanecerse entre los ataques de los extremos. Este miedo puede estar acompañado de rabia debido a tantas injusticias que vivimos como sociedad. Sin contar la incertidumbre que hoy permea, tanto el panorama mundial como el regional y nacional.

Es momento de reconocer lo que está pasando en el interior de cada uno de nosotros, identificar cómo nos sentimos con esto y darnos cuenta de nuestras opciones:  1. Podemos quedarnos en el lugar de la víctima, sintiendo que nuestras decisiones no cuentan y que, sin importar por quién votemos, ‘las cartas están echadas’ y el que va a ganar, ganará, por lo que parecería que ni siquiera vale la pena tomarse el trabajo de ir a las urnas.  Si elegimos este camino probablemente vamos a pasar cuatro años criticando, culpando a otros y sintiéndonos cada vez más irrelevantes como miembros de esta sociedad.  2. Otra opción es identificar qué nos genera esta compleja situación donde no sabemos si el resultado nos gustará o no, podemos sentir miedo por los riesgos que representa alguna alternativa; nos parece injusto que nos digan mentiras y se aprovechen de nuestra buena fe.  Ante este panorama complejo, como decía el psiquiatra judío-austríaco Viktor Frankl: “La única libertad que no le pueden quitar a un ser humano, es la libertad de elegir qué actitud tomar ante las situaciones críticas de la vida”.

Elegir libremente empieza por abrir la mente para observar con curiosidad genuina quiénes son los candidatos y qué proponen; identificar las diferencias, no solo entre las propuestas, sino entre los seres humanos que hay detrás de ellas; ir al territorio del otro para reconocer las emociones e intenciones que lo acompañan, la sinceridad y honestidad en sus planteamientos, las heridas que probablemente ha acumulado a lo largo de la vida; tener el coraje de identificar las posibilidades y oportunidades que, en medio de tanta confusión, todavía existen, y nos permiten mantener la esperanza.  Tal vez no tengamos la capacidad de elegir el mejor gobernante; tal vez estos no sean los mejores candidatos; tal vez hay demasiado ego y corrupción; pero ¿Qué estoy haciendo o puedo hacer yo para poner mi voto conscientemente en el sitio que me dictan mis principios, mi ética, mi propósito de vida?

Lo que otros hagan no depende de mí, pero lo que yo haga sí puede hacer la diferencia en mi tranquilidad y capacidad de aportar para seguir construyendo sociedad, cuando las cosas se tornen más difíciles.  El poder está dentro de cada uno, como lo muestra el hermoso video youtu.be/tN2afYN0OhA que invito a ver.  Si cada uno de nosotros se diera cuenta y actuara de manera coherente, tal vez podríamos cambiar la historia.  Lo que cada uno de nosotros haga definirá el tipo de líder que vamos a tener los próximos años. Otto Scharmer, director del ULab del M.I.T. dice que: “El liderazgo exitoso depende de la calidad de la atención y la intención que un líder le da a cada situación. Dos líderes en la misma circunstancia haciendo exactamente lo mismo pueden generar resultados completamente diferentes, dependiendo del espacio interior desde el cual opera cada uno”. Date cuenta, ejerce tu responsabilidad ciudadana, y actúa de manera coherente. No permitas que otros elijan por ti, esa es tu libertad.

Publicado La Patria 11 de mayo 2022

Comentarios