Sin filtros

En la columna anterior hablaba de los autócratas de las 3P, refiriéndome al libro de Moisés Naím La revancha de los poderosos: Populismo; Polarización; Posverdad.  Para entrar en la segunda P, quiero referirme, sin pretender ahondar en el tema religioso, a una lectura de este domingo, donde el evangelista Lucas narra la crucifixión de Jesús entre dos malhechores.  “Uno de ellos lo insultaba: ‘Si tu eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros’; mientras el otro le reclamaba indignado: ‘¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio?  Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos.  Pero éste ningún mal ha hecho’.  Y le decía a Jesús: ‘Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí’”.  La postura de los dos bandidos es una muestra del pensamiento polarizado que predominaba en esa época entre el pueblo judío, frente a un hombre que comía con prostitutas y pecadores, curaba enfermos, practicaba la justicia, y ponía el amor por encima de la ley.

La muerte de Cristo, en clave católica, es fundamental para la Historia de la Salvación.  Ahora bien, el hecho histórico es que Jesús no cometió ningún delito; predicaba y practicaba la bondad, la justicia y la solidaridad; no había motivo para crucificarlo; por eso, Pilatos se lavó las manos para salvar su responsabilidad antes de entregarlo.  Lo que sucedió hace 2 mil años en Judea fue una locura producto de un pensamiento irracional.  También lo que hizo Hitler en la 2ª Guerra Mundial con el holocausto; así como, lo que pasa hoy en Europa Oriental, con la guerra Rusia-Ucrania.  Estos sucesos y otros de la historia son ejemplo de un pensamiento polarizado, que se refleja en la expresión latina divide ut regnes, divide y vencerás. En el libro El arte de la guerra, el general, estratega militar y filosofo chino, Sun Tzu, plantea que la esencia de la guerra reside en subyugar al contrario y dividir las fuerzas del enemigo, antes de iniciar el combate.

Desde el punto de vista psicológico, el pensamiento polarizado es una distorsión cognitiva.  En otras palabras, un error de razonamiento que hacemos sin darnos cuenta ¿Por qué pasa esto? A lo largo de la vida recibimos mensajes que pueden ser tóxicos y equivocados, pero los interiorizamos y se convierten en creencias que filtran la forma en que vemos el mundo; solo se ven los extremos, y se tiende a clasificar automáticamente las situaciones bajo la misma categoría: siempre, nunca, todo, nada, etc.   En la mayoría de los casos, estos filtros son negativos: todo me sale mal, todos están en contra mía.  Aunque la realidad les demuestre que están equivocados, no logran salir de la radicalización.  La polarización es una característica de quienes se sienten víctimas ante la vida, consecuencia de alguna herida o trauma no resuelto, que generó un bloqueo emocional.  La persona piensa que la vida ha sido injusta con ella, que todo es culpa de otros y que no lo merece.  Es así como, la queja, la defensa y el ataque se vuelven una forma natural de reaccionar.

Esto también sucede a nivel grupal, cuando ya no es una sola persona la que se va a los extremos, sino una comunidad entera, donde se crean dos bandos: los buenos y los malos, los que poseen la verdad y los que engañan, etc.  Es importante entender que la polarización es producto de filtros y creencias equivocadas que generan distorsiones en la forma en que percibimos la realidad, despertando estados de ánimo poco saludables que no permiten razonar correctamente y tomar buenas decisiones.  Nuestra escucha no es inocente, está llena de filtros, creencias y emociones, que impiden tener una mejor comprensión, tomar conciencia y actuar de manera serena y razonable.

Necesitamos construir un nuevo relato que abra posibilidades para una ecología humana; esto no será posible si continuamos atrincherados en posturas radicales que solo generan más división.  No es un gobernante o un partido político; somos todos, unidos alrededor de un propósito mayor, quienes podemos generar una verdadera transformación que aporte a superar las grandes brechas que tenemos en el mundo.  Debemos estar preparados, no solo para acompañar al gobernante que nos gusta, sino para tomar acción y trabajar juntos, aún ante circunstancias adversas ¿Con mis acciones, estoy contribuyendo a la división y a la polarización, o estoy aportando a la construcción de un mundo mejor? ¿Cuáles son esos filtros que puedo eliminar para poner una semilla de esperanza?

Publicado La Patria 13 de abril 2022

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