Tal vez algunos de ustedes ya vieron ‘Encanto’, la nueva película de
Disney, inspirada en paisajes y tradiciones colombianas que, más allá de la
fantasía, el color y la música, tiene un profundo mensaje sobre la fragilidad
de lo que se construye sobre las capacidades excepcionales de individuos vs la
necesidad de trabajar juntos aprovechando las potencialidades de todos. La
verdadera magia de la familia Madrigal, protagonista de la película, no está en
los dones mágicos de algunos de sus miembros, sino en la capacidad de reconocer
y valorar lo que cada uno, incluidos los que no tienen poderes especiales,
puede aportar para reconstruir y recuperar el brillo de la casa.
La película me conectó con todo lo que se está derrumbando en la
sociedad actual, en nuestro país, en Latinoamérica y en el mundo entero. Me
pregunto cuál es la raíz del caos y deterioro de la sociedad, en Colombia, en
Latinoamérica, y en el planeta. Las grietas de la casa de los Madrigal podrían
ser los conflictos y guerras que vienen de años anteriores: 10 años de guerra
en Siria; conflicto permanente en Libia; siete años de guerra civil en Yemen; enfrentamiento
de ‘nunca acabar’ entre Israel y Palestina; hostilidades entre Sahara,
Marruecos y Argelia; guerra en Etiopía con más de nueve millones de personas en
emergencia humanitaria; conflicto entre Rusia y Ucrania; desplazados y
refugiados que huyen de la violencia e inseguridad y elevan la cifra a 84
millones de migrantes en el mundo. Ni hablar de los conflictos en
Latinoamérica, producto de las dictaduras en Cuba y Nicaragua; crisis venezolana,
con más de 5,9 millones de refugiados en países vecinos; 70 años de violencia
en Colombia, con un frustrado proceso de paz.
No se trata de mirar solo el lado oscuro de la película, pero sí es
necesario que entendamos la complejidad del momento que estamos viviendo,
porque de lo contrario seguiremos haciendo más de lo mismo; esto es, tratando
de vivir como si nada pasara, ‘haciéndonos los de la vista gorda’ frente a una
realidad de la que también hacemos parte. Probablemente nos gustaría tener
resultados diferentes, pero desafortunadamente seguimos haciendo más de lo
mismo, y como decía Einstein: "Si
buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.” ¿Por
qué seguimos haciendo lo mismo? Tal vez porque no sabemos hacerlo de otra
manera, porque es lo que aprendimos a lo largo de nuestra vida, porque hace
parte de nuestro sistema de creencias y valores, que se forman desde la primera
infancia, a partir del modelo de padres, profesores, amigos, figuras públicas,
etc., y se ponen a prueba cuando estamos viviendo situaciones complejas que nos
generan estrés.
El profesor Simon L. Dolan dice que “los valores son palabras
cargadas de significado. Cuando se clasifican y traducen en conductas
concretas, en consonancia con nuestros objetivos y compartidas con las personas
que nos importan, se convierten en potentes herramientas que nos guían hacia el
éxito en la vida de los negocios y el negocio de la vida”. Los valores no
pueden quedarse en palabras, deben guiar nuestras decisiones y acciones y hacer
parte de nuestra vida cotidiana. De una manera sencilla y siguiendo a Dolan,
podríamos decir que los valores son lo que realmente nos importa y da
significado a nuestra vida, son el marco para establecer prioridades, actuar y
relacionarnos con los demás. Personalmente creo que son el mejor pegante para
las relaciones y, sin duda, una herramienta fundamental para la transformación
de la sociedad, que se construye a partir de las interacciones entre quienes la
conformamos.
Ante un panorama complejo, con la necesidad de adaptarnos y aprender
a vivir en un mundo lleno de incertidumbre, con la responsabilidad de aportar a
la construcción de una ‘casa sin grietas’, quiero invitarlos a que se
pregunten: ¿Cuáles son mis valores fundamentales? ¿Qué es lo que de verdad me
importa y da significado a mi vida? ¿Cómo estoy poniendo en práctica estos
valores en los diferentes ámbitos de mi vida? ¿Cómo puedo aportar al futuro de
mi familia, de mi comunidad, de mi país, del planeta, desde mis valores? Y una
más ¿Cuáles son los valores que quiero ver en el próximo presidente de
Colombia, representantes a Cámara y senadores en el siguiente período? Tal vez
no tenemos los mejores dirigentes, la pregunta es ¿Quiénes los eligieron?
Revise sus creencias, retome sus valores y actúe en consecuencia.
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