En noviembre de 2007, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció
el 15 de septiembre como Día Internacional de la Democracia, para promover y
consolidar gobiernos democráticos en los Estados miembros y en el resto del mundo.
El tema de este año es ‘Democracia y prevención de conflictos’, centrado en el
fortalecimiento de instituciones democráticas que contribuyan a generar paz y
estabilidad. Una propuesta que busca contribuir a la creación de sociedades
resilientes que respeten la ley y los derechos humanos. Aunque para Naciones Unidas la democracia es
un valor universal, está claro que no hay un modelo único de sociedad, más bien
interpretaciones diferentes que comparten principios y valores como: libertad, igualdad,
justicia, respeto, tolerancia, pluralismo y participación.
La salud de la democracia se mide a través del Índice de
Democracia Global que elabora The Economist cada año, desde 2006. Este contempla cuatro tipos: completas,
defectuosas, regímenes híbridos y regímenes totalitarios. El estudio analiza 167 países bajo 5 criterios:
Procesos electorales y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación
política, cultura política y libertades civiles. El diagnóstico, según el último reporte en
enero de este año, dice que ‘la democracia está en retirada’; con un puntaje
global de 5.44 sobre 10, el indicador más bajo desde que se inició la medición,
y solo 22 democracias plenas en el mundo. Los primeros lugares son para los
países nórdicos, con Noruega a la cabeza; mientras que, más de un tercio de la
población mundial vive bajo regímenes totalitarios. La mayor reducción en el índice la tuvo China,
debido a la discriminación de las minorías y otros delitos contra las
libertades civiles que se derivan de la vigilancia digital. Colombia fue catalogada como ‘defectuosa’, con
el puesto 45 y un puntaje de 7.13 sobre 10, que se explica en el informe por
las protestas en contra del gobierno, como consecuencia de falta de
satisfacción y fracaso de la dirigencia para entender las preocupaciones de la
población.
¿Cuáles serán los resultados el próximo año? No quiero ser pesimista, pero hay momentos en
que es importante observar la realidad sin maquillaje para ver el panorama
completo, tomar conciencia sobre la responsabilidad que nos corresponde,
mejorar la capacidad de discernimiento y hacernos cargo de lo que sí podemos
hacer como sociedad civil para aportar a las soluciones. No debemos seguir buscando culpables en todas
partes o esperando a que otros, el gobierno o un salvador, lo hagan por
nosotros; tampoco nos podemos quedar en una actitud pasivo-agresiva, en la cual
no hacemos nada, pero enviamos mensajes amenazantes a través de las redes
sociales. Si seguimos así, la democracia,
por no decir los ciudadanos de este planeta, vamos a terminar todos en cuidados
intensivos, y no por cuenta del coronavirus.
No parece razonable esperar a que la pandemia pase, porque según las
últimas noticias de la OMS, solo hasta mediados de 2022 tendremos acceso a una
vacuna ‘segura’. Esta es la nueva realidad, que necesitamos aceptar y aprender
a manejar de la mejor manera, para que la temperatura no siga subiendo.
Tenemos el reto de sacar lo mejor que hay dentro de nosotros. Teniendo claro cuáles son los valores que
soportan la democracia, es hora de preguntarnos por los nuestros y cómo estos
aportan o no a la construcción de una convivencia sana y a una sociedad
resiliente ¿Cuáles son mis valores fundamentales? ¿Qué me importa y me mueve
cada día? ¿Cómo contribuyen mis decisiones y actuaciones diarias al
fortalecimiento de la democracia? Los valores reflejan nuestras creencias,
definen lo que realmente nos importa en la vida, se reflejan en nuestras
decisiones y en la forma como nos relacionamos con los demás. Por
supuesto que, atender la pandemia y generar opciones para la reactivación económica,
son temas prioritarios; sin embargo, la salud de la sociedad y la propuesta de
Naciones Unidas sobre territorios resilientes, plantea la necesidad de
desarrollar procesos de formación y aprendizaje, enfocados en comprender,
apropiar y llevar los valores a la vida diaria. El valor de la vida, la importancia del
cuidado, la empatía y la solidaridad, entre otros, son temas prioritarios e
inaplazables para sobrevivir a los retos actuales.
Publicado La Patria 16 de septiembre 2020
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