"Un
día, cuando era niño, mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del
cuerpo; esta es una respuesta que he buscado toda la vida. Cuando me preguntó
la primera vez, le dije 'el sonido es muy importante para nosotros, deben ser
los oídos mamá'.
Ella
me dijo: ‘No es correcto. Hay muchos sordos que salen adelante sin sus oídos’.
Un
tiempo después me volvió a preguntar y yo le dije: ‘mamá, la vista es muy
importante para nosotros, deben ser los ojos’.
Ella
me dijo: ‘No, no es correcto. Hay muchos ciegos que tienen una vida normal sin
sus ojos; pero vas muy bien en tu reflexión sobre el tema’.
Me
volvió a preguntar un par de veces más y su respuesta siempre era la misma: ‘no
es correcto, pero estás progresando’.
Más
adelante se murió mi abuelo, todos estábamos muy tristes y llorando. Mi madre
me preguntó: ‘¿No sabes cuál es la parte más importante del cuerpo? Esta es una
pregunta muy importante; hoy necesitas saber la respuesta’. Llorando me dijo:
‘La parte del cuerpo más importante es tu hombro’
Le pregunté:
‘¿Es porque sostiene la cabeza?’
Me
dijo: ‘No. Es porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo
cuando llora. Todos necesitamos un hombro para llorar un día. Espero que tengas
AMOR y AMIGOS, y así siempre tendrás un hombro para llorar, así como yo ahora
necesito el tuyo’.
Cuando
evocamos el recuerdo de los seres queridos que ya no están aparece el recuerdo
de un hombro en el que alguna vez nos apoyamos para llorar. La búsqueda
del hombro nos ofrece consuelo."
Cuento de
Jorge Bucay
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