1. Quedarnos en casa puede ser una elección para cuidarnos y cuidar lo que más nos importa.
2.
El miedo
es una señal que habla de riesgo, peligro, amenaza, reconocerlo nos
mueve a cuidarnos y cuidar al otro.
3.
La soledad es una oportunidad para estar conmigo,
explorar y descubrir fortalezas y capacidades que me abren posibilidades.
4.
Si algo necesitamos hoy es tener sensibilidad
por mi dolor y por el del otro, tratarnos con compasión para tratar con
compasión al otro.
5.
La valentía de un ser humano viene de la
capacidad de integrarlo todo, lo que nos hace felices y lo que nos hace menos
felices.
6.
Necesitamos dejar que aparezcan las emociones,
es el sitio donde aparece la empatía, donde me dejo tocar por el otro.
7.
Bienvenido el miedo que nos invita a cuidarnos.
8.
Si lo que tenemos es tiempo y espacio, cuidemos
el tiempo y el espacio que nos están regalando de manera tan generosa en este
momento.
9.
Necesitamos reconocer y valorar nuestras
fortalezas para darnos cuenta, que sí tenemos recursos para enfrentar esta
situación.
10.
Los problemas no son el enemigo, son
oportunidades para reconocernos y aprender.
11.
Miedo frente a la vulnerabilidad es sentir miedo
a reconocer quiénes somos.
12.
Pensamos que la vulnerabilidad es debilidad,
pero ser humano es ser humano.
13.
Vulnerabilidad se asocia con incertidumbre,
riesgo y exposición emocional ¿Puede pensar en una historia de valentía que no
se asocie con incertidumbre, riesgo y exposición emocional? Valentía y
vulnerabilidad no son opuestos.
14.
La vulnerabilidad es tener la valentía de actuar
y permitirnos exponernos, sabiendo que el resultado puede darse o no.
15.
Las adicciones son una forma de anestesiar ese
ser vulnerable que soy, consumo alcohol para no darme cuenta de lo que pasa, me
desconecto para no correr riesgos frente a lo que sucede.
16.
Todos tenemos cosas que no nos gustan, eso no es
malo; la valentía de un ser humano es teniendo miedo, arriesgarse a hacerlo.
17.
¿Qué queremos en la vida? Sentirnos bien,
felices, aportar a un mundo mejor o queremos acumular.
18.
Vamos a tener que repensarnos como humanidad y
esto empieza por cada uno.
19.
No se trata de darles cosas a los más
vulnerables, todos estamos en el mismo sitio de vulnerabilidad.
20.
La vulnerabilidad es lo que nos hace sensibles y
suaves para podernos conectar con nosotros y con los otros, tratarnos con
compasión a nosotros y al otro.
21.
Ganar tal vez no es llegar de primero, sino
atreverse a ser valiente, permitirse correr riesgos y exponerse.
22.
Hemos llegado hasta aquí porque en algún momento
nos hemos permitido sentirnos vulnerables.
23.
Nadie sabe que va a pasar, es una realidad que
necesitamos aceptar.
24.
Dejar de pelear y aceptar que estamos ante una
situación que no elegimos y no podemos controlar; en cambio, podemos elegir
aceptar y encontrar las posibilidades que hoy aparecen para construir un mundo
mejor.
25.
Necesitamos hacer pausa y filtrar lo que estamos
oyendo, para seleccionar lo que queremos escuchar, que nos sirva para seguir
caminando hacia adelante.
26.
Para calmar la ansiedad es necesario poner
límites al ruido, para descubrir los regalos y lecciones que nos está dejando
la cuarentena.
27.
Estoy en este espacio y tengo tiempo, podemos
revisar: quien soy, qué soy capaz de hacer, qué puedo explorar, qué cosas si
puedo hacer.
28.
Este es un tiempo que nos regalaron para hacer
cosas que hemos aplazado porque no teníamos tiempo.
29.
La ansiedad nos hace despreciar el presente por
pensar en un futuro incierto.
30.
Por vivir a destiempo perdemos las oportunidades
de hoy, que es lo único cierto que tenemos.
31.
En la escucha es importante no solo lo que se
dice, también lo que no se dice, cómo se dice y la intención con que se dice.
32.
Es tan importante hablar como escuchar; debemos
ser responsables de lo que decimos y también de lo que escuchamos.
33.
El silencio
nos lleva al sitio de escucharnos a nosotros y nos cuesta reconocer
nuestra voz interior.
34.
El silencio no solo se aplica al ruido exterior,
sino al silencio de mi mente, estamos llenos de juicios sobre mí y sobre el
otro para tener una escucha activa.
35.
Si no somos capaces de escucharnos a nosotros
mismos, no vamos a ser capaces de escuchar a nadie, de conectarnos con el otro.
36.
Cuando la conversación no va por buen camino,
siempre podemos parar, reconocer lo que nos pasa, indagar sobre lo que le pasa
al otro y volver a empezar.
37.
Necesitamos escuchar con la mente, el corazón y
el cuerpo abierto para dejarme tocar por el otro, por lo que dice y por lo que
no dice.